Por Celeste Pérez
¿Ya te diste cuenta de que no hay carros voladores? ¿Ni nos vestimos de aluminio? ¿Ni tampoco nos podemos teletransportar de nuestra casa a la oficina?
Directores, escritores y “visionarios” de los años 1960 y 1970 se equivocaron en predecir cómo estaríamos viviendo tú y yo. Menos dos.
En 1968 un hombre llamado Stanley Rubrick tenía ideas muy interesantes; las combinó junto a las ideas del escritor Arthur C. Clarke, y ambos cambiaron la forma de ver el futuro.
2001: A Space Odyssey fue una creación del Séptimo Arte tan majestuosa como necesaria. Marcó un antes y un después en el género de ciencia ficción, y en la evolución tecnológica del ser humano.
No la consideraremos como la quintaesencia filmográfica, pero destacaremos su acertada predicción respecto a los dispositivos que serían necesarios para la humanidad.
VIDEOLLAMADAS
Dr. Heywood Floyd está lejos de casa, muy lejos (en el espacio) y necesita comunicarse con su esposa. Entra a una cabina de teléfono. Enfrente, un tablero como si él fuera a manejar la nave. Saca una tarjeta, la pasa por una ranura, digita el número y… en la pantalla aparece su linda niña de seis años con la que le deja un recado. Y nos enseñó dos cosas:
- No es muy sabio dejar recados con niños de seis años, porque es muy probable que no lo recuerden.
- Todos los padres, o personas de edad madura (para no ofender sensibilidades) gritan al tener una videollamada.
Pero esto no era tan novedoso. En 1964, AT&T lanzó el primer videoteléfono, aunque con un costo astronómico, haciéndolo inaccesible para la mayoría. Sin embargo, llegó internet al rescate y con él, aparecieron Messenger, Skype, FaceTime y un montón de aplicaciones más que convirtieron en realidad el sueño de vernos instantáneamente con nuestros seres queridos.
TABLETS
En una puesta en escena, los astronautas Bowman y Poole están cenando y emana un sonido de unos artefactos junto a sus platos de comida. Un objeto plano emitiendo el noticiero de BCC. Aunque las pantallas de los astronautas no son táctiles, las fabricadas posteriormente por empresas como Apple, Microsoft, Amazon y otras sí lo son, lo que las hace utilizables tanto para un niño de 8 años como para alguien de 80 (considerando que el niño puede explicar fácilmente cómo usarla a la persona de 80 años). La verdad es que Rubrick y Clarke no solo acertaron en el objeto, sino también en el entorno que muchas familias cariñosas experimentan hoy en día: disfrutando de una deliciosa comida mientras todos… miran una pantalla.
AI… TAN TAN TAN
HAL es el temido villano de inteligencia artificial en este fascinante descubrimiento espacial. Esta supercomputadora reside a bordo del Discovery One y no solo actúa como el cerebro de la nave, sino que también se considera un miembro de la tripulación, sujeto a las órdenes de los astronautas que viajan con él. Sin embargo, este aterrador compañero es una computadora heurística. ¿Cómo se come eso? Permíteme explicártelo: una computadora heurística utiliza reglas prácticas y experiencias pasadas para tomar decisiones o resolver problemas de manera rápida y eficiente, aunque no pueda garantizar la solución perfecta en cada situación. Esta característica la hace parecida al pensamiento humano y es lo que le ocurre a nuestro amigo HAL: desarrolla deseos y emociones, llevándolo a… asesinar a la tripulación.
No obstante, hoy en día contamos con versiones más amigables de inteligencia artificial, como Siri o Alexa, que no tienen la intención de hacernos daño. Su función principal es hacernos recordatorios como llamar a la abuela y reproducir nuestra lista favorita mientras planchamos la ropa.
Así que, sí atinaron. CASI en todo lo que nos muestra esta filmografía; a excepción de que no nos vestimos como los Beatles, ni recorremos el espacio exterior como diversión, ni vamos a Júpiter… ¿o sí?
¿Y tú qué opinas? ¿Qué otras fronteras crees que cruce el ser humano inspirado en las visiones de Rubrick y Clarke? Déjanos saber en los comentarios y disfruta de más artículos sobre conveniencia y convivencia digital en yatedistecuenta.com.
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