Por Celeste Perez
Ya te diste cuenta que…. ¿Somos esclavos digitales? Si esclavos de nuestros smartphones. Piensa un momento lo siguiente:
Imagínate perder tu celular por un día. Por una semana, por un mes… ¿Ya tienes ansiedad?
La verdad, eso en nuestra era, es un reto de supervivencia. A menos que se pierda, quiebre, arruine o sea robado, nunca nos podemos separar de nuestro dispositivo. Ni al dormir, ni al ir al baño. A excepción de cuando nos duchamos, porque aún no se ha inventado uno que sea totalmente resistente al agua.
¿Por qué? ¿Qué hace a los humanos, el extremo final de la cadena alimenticia, incapaces de alejarse de un objeto del tamaño de una caja de perfume?
Nadie lo vio venir, hasta que Steve Jobs presentó el primer iPhone, el 29 de junio del 2007. Y la humanidad nunca volvió a hacer la misma. En esa pantallita nos ofreció estar en todo el mundo, con todo el mundo, al mismo tiempo, desde la comodidad de nuestro hogar, desde cualquier parte del mundo.
Tristemente, reemplazó a objetos que creíamos irremplazables. En la práctica pasamos de estar a dejar de estar.
Por ejemplo: ¿Cuántas veces tenías que checar que tu cámara digital estuviera con suficiente batería para un evento importante? ¿O pelearte el teléfono fijo en tu hogar, si no había más de uno, para contarle a tu mejor amiga lo que te pasó en el trabajo? ¿O apartar tiempo de tu agenda porque necesitabas revelar las fotos de la graduación de tus sobrinos? ¿O sacar las enciclopedias para el trabajo final de investigación de tu clase?
Lo hacíamos porque muchos no creíamos que fuera posible hacer todo eso, desde un solo dispositivo.
Bueno, pero eso ya lo sabíamos, ¿no?
Lo que no sabíamos, quizás, es que es posible vivir sin uno. Siendo testigo de esto, quiero contarte mi experiencia. Llevo hoy en día, dos meses sin un dispositivo a mi mano. Aunque al principio, debo admitir, me contuve para no caer en la locura, doy fe que un ser humano sobrevive sin ver una pantalla cada 2 minutos.
Hay vida sin un smartphone. Y te lo voy a mostrar.
¿Sabías que el cielo es azul? ¿Qué las hojas tienen un verde vivo que te envuelve al mirarlas? ¿Sabes cuántas personas puedes ver en una sola calle? Google maps no te muestra a la señora de la esquina que alimenta a las palomas, o el hombre que siempre vende sus queridos vinilos en la calle.
Al sacar la nariz de uno de esos artefactos, notas lo que te rodea y miras un cuadro hermoso de humanidad. Y puede que a veces descubras tesoros.
Hay pasatiempos más gratificantes que ver Tiktok, por ejemplo, al leer un libro en físico y no la review de la película del libro que viste en un video. O tener una plantita, un ser vivo del que debas cuidar, y no estar al pendiente de la historia que subió tu excompañero de secundaria, de lo que comió ayer. O pintar lo que quieras, sin esperar que den “me gusta” en Instagram.
¿Vivir sin smartphone? Bueno, no es para tanto, al final es necesario que lo uses, pero recuerda no dejes que el smartphone te use a ti. Y tú qué opinas, ¿hay vida más allá del smartphone? Déjanos saberlo mediante tu comentario y disfruta de más artículos sobre convivencia y conveniencia digital en yatedistecuenta.com
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Si, hay vida. Y es maravillosa. Excelente artículo.